sábado, 14 de julio de 2018

Recuerdos comprados en Egipto (2001)

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Recuerdos comprados en Egipto    (2001)


                                                                                             "El corazón del hombre necesita creer algo,                                                                                                     y   cree mentiras cuando no encuentra                                                                                                                          verdades en que creer"

                                                                                                                            María Zambrano



        En mi viaje por las tierras del Nilo me traje varios amuletos que tienen como misión dar suerte y espantar el mal. Estas creencias hay que relacionarlas con la magia y con los dioses. Fórmulas mágicas había en la antigüedad para todo, desde para enamorar a una mujer hasta para evitar la mordedura de serpientes y escorpiones, algunas conservadas en el Museo Egipcio de Turin. Podemos encontrarlas escritas sobre la piedra de algunas estelas, sobre estatuas, pergaminos o telas. Los rituales exigían el conocimiento del nombre de las personas, de los animales o de las cosas, pues las palabras siempre acompañaban a las prácticas mágicas porque las palabras de los ritos estaban dotadas de un potencial mágico absoluto. Escritas en las paredes de las tumbas, en estelas  o en los papiros, permanecerían vivas para toda la eternidad.

                                               Cartuchos de Ramsé II y Nefertari  


       Para confeccionar los filtros de amor se sacaba sangre del dedo corazón de la mano izquierda, posible antecedente del lugar de los anillos de compromiso.
        Cuando la medicina era incapaz de resolver una enfermedad, se recurría a  las palabras mágicas. Muchas letanías o frases se basan en la creencia de que las palabras poseen una gran influencia  sobre las curaciones. Los rollos de papiro con textos de magia eran custodiados en los templos por temor a se utilizados indiscriminadamente. El lugar adecuado para custodiarlos era la Cámara Secreta del dios Tot, el dios de la escritura y la sabiduría según el papiro Westcar. Hasta tal punto los antiguos egipcios estaban convencidos de la fuerza de las palabras que se borraba el nombre del indeseable.
        Mención especial merece la creencia en el llamado "mal de ojo" que sigue vigente en países mediterráneos. Donde yo vivo, en la provincia de Murcia, aún se puede ver un lazo rojo en la capota del cochecito de algún bebé. En la posguerra en Almería a mi hermana menor la llevaron a una señora que quitaba el mal de ojo. Concretamente iba dirigido a bebés y lactantes. Aunque se atribuía a los humanos, también podía proceder de las serpientes. Para combatir el mal el amuleto del ojo de Horus en el antiguo Egipto se colgaba al cuello o se llevaba en las muñecas, a lo que se añadían  conjuros mágicos. Además existía el uso mágico de los afeites, en los párpados para que el mal  no entrara por los ojos y en los labios para que no entrara por la boca.
             Uno de los amuletos más famosos es el del escarabajo pelotero que se solía poner sobre el corazón de los difuntos creyendo que tenían poderes regenerativos por la manera de procrear. Hacen una bola de estiércol con sus patas y entierran en ella los gérmenes de los nuevos escarabajos. Este talismán era imprescindible entre los objetos de las tumbas. Se han encontrado muchas variedades de escarabajos, en basalto, mármol verde, pasta de vidrio azul y porcelana. En su base llevan escritas fórmulas mágicas. Posteriormente se realizaron pectorales con grandes escarabajos con la barca solar. Yo compré varios para regalar y dos para mi en una pulsera.


   Durante el Imperio Nuevo, cuando los faraones se convirtieron en dioses, los animales llegaron a ser el centro de sus ritos religiosos y mágicos. De todos ellos, el gato fue el más venerado por sus cualidades protectoras. Además permitía que cada egipcio tuviera un dios en su casa. Los aullidos del gato se identificaban con las voces de los muertos, y eran imitados por los sacerdotes para convocar a los espíritus. Han aparecido gatos en las tumbas más ilustres, como una cabeza de gato en la de Tutankamón. Otros animales protectores como el chacal, el babuino, el halcón...daban forma a los tapones de los vasos canopes que contenían las vísceras de los momificados. Sagrados eran los carneros por encarnar una fuerza generadora y la potencia sexual. La vaca, vinculada con Isis y Hathor, disfrutó de un estatus especial. Los toros divinos eran amuletos vivos contra el mal, como el toro Apis de Menfis. Otro tanto podríamos decir de pájaros, roedores, monos, hasta de las serpientes,  los escorpiones y los cocodrilos  que poseían poderes sobrenaturales por lo que algunos reyes los llevaban como sobrenombre ( el rey-serpiente, el rey-cocodrilo).
      Otro amuleto mágico que me compré fue el " ank", la cruz ansada, símbolo de la fecundación de la tierra por el sol, especialmente la vida, la vida eterna. Los difuntos la llevaban en la mano para suplicar a los dioses la inmortalidad.





      Me hicieron dos cartuchos en oro para regalar y uno en plata para mi. EL cartucho egipcio o "shena" recibe el nombre del francés "cartouche" porque los soldados franceses de Napoleón le encontraron  parecido con el cartucho de munición que ellos utilizaban. El cartucho egipcio empezó siendo un símbolo solar y por eso era redondo. Lo rodeaba una cuerda con tres nudos unidos a una barra inferior que simbolizaba "todo lo que rodea al sol". Dentro escrito en jeroglífico iba el nombre del rey o reina.  Pero  se fue alargando cuando el nombre era compuesto y ya no cabía. Aquí el mío con mi nombre en jeroglífico imitando a los faraones.



     El papiro era el material típicamente utilizado como papel. Su fabricación procedente de una planta vegetal resultaba barata porque crecía  a orillas del río Nilo. El tallo se cortaba en finas láminas que, después de unidas y prensadas, se secaban al sol, tomando el definitivo color amarillo. En una tienda de Luxor nos enseñaron todo el proceso. Los mantenían enrollados en cilindros para protegerlos de la humedad. Compré dos para enmarcarlos como cuadros.
     Uno representaba la "sicostasia", el pesado del corazón. En la escena aparece a un lado Horus, al otro el difunto y en el centro la balanza en la que pesan el corazón Osiris y Anubis en un platillo, en el otro una pluma. Si mantiene el equilibrio, señal de las buenas obras realizadas en vida por el hombre. 
      Más enigmático es el del árbol del  sicomoro con cinco pájaros. Simboliza  el árbol de la vida, y de los pájaros los cuatro que miran  hacia la izquierda representan la infancia, la adolescencia, la juventud y la madurez. El que mira a la derecha simboliza la vejez. Curiosamente el que representa la madurez tiene las alas desplegadas.

       El recuerdo que más he disfrutado ha sido un sombrero para la playa, que sigo usando, con el alfabeto jeroglífico simplificado posiblemente para los turistas. La palabra jeroglífico viene de "ieros" (sagrado) y "glifo" (escribir, grabar). Pero solo una parte muy pequeña de la población del Egipto faraónico sabía leer este tipo de escritura. Todos hemos estudiado que fue Jean François Champollion quién descubrió el misterio de los jeroglíficos, con la ayuda de la lengua copta que conocía a la perfección y tras intentos de siglos anteriores. Con él nació la ciencia de la Egiptología que continuó su colaborador alemán Karl Lepsius. Los jeroglíficos se escribieron durante más de 4,000 años, desde aproximadamente el 3,000 a. de C. sufriendo diversas transformaciones: egipcio antiguo, medio, neoegipcio, demótico y copto (egipcio de la época cristiana). Esta escritura se compone de  signos que representan  personajes, animales, plantas, edificios, muebles, armas, instrumentos de culto y todos aquellos objetos que los egipcios tenían cerca y de una serie de reglas. La alineación podía ser horizontal o vertical, según las preferencias del escriba y la lectura  en horizontal podía ir de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Para saber la verdadera dirección hay que ver para que lado miran los personajes o animales. Si miran hacia la derecha leeremos de derecha a izquierda. Si miran hacia la izquierda leeremos de izquierda a derecha.
       El último texto jeroglífico conocido, inscrito en las paredes de un templo, es el  de Isis en Filé construido en 394 d. C.
      Uno de mis compañeros de viaje, estudioso durante años de la escritura jeroglífica, me regaló una gramática. He intentado varias veces aprender pero ante tanta dificultad he terminado tirando la toalla. De lo poco que recuerdo, lo más difícil es que un mismo signo puede ser una palabra, una sílaba o un sonido. Se distingue por el determinativo que lleva detrás.

    (Pensaba intercalar la foto del sombrero pero no he podido encontrarlo. O lo he perdido o me lo han quitado)