"Los hombres son juguetes de los dioses" (Platón)
He encontrado en mi biblioteca un libro que tenía olvidado y que mi profesor de lingüística de la universidad nos comentaba a propósito de la idea del autor con respecto al origen del lenguaje humano como un juego, "Homo ludens" de Johan Huizinga. Lo acabo de leer y este es mi resumen comentario.
Empezaré por definir qué es el juego. Para unos es un convenio con el fin de, con ciertos límites temporales y espaciales, realizar algo bajo reglas determinadas, desarrollándose fuera del curso habitual de la vida. Para otros es una acción que se desarrolla dentro de ciertos límites de tiempo y espacio, según reglas libremente aceptadas y fuera de la esfera de la utilidad.
El niño y el animal juegan porque disfrutan con ello y lo hacen con libertad. Para el hombre no es una necesidad física pero sí pone a prueba su fuerza corporal, su inventiva, etc., sin traspasar las reglas ya que entonces se rompería el juego. Con frecuencia se rodea de misterio y entonces aparece el disfraz. Hay conexión entre lo lúdico y lo sacro, sobre todo en las civilizaciones antiguas. Los rituales sagrados coinciden con el juego en que se desmarcan del ambiente cotidiano y se recogen en un espacio cerrado. Ejemplos de espacios cerrados: el templo, una pista de tenis, un tablero de ajedrez, un parlamento...
Para Huizinga los primeros sonidos, las primeras palabras, no son más que un juego. Analizando los vocablos con que se designa al juego en distintas lenguas señala que al hablar de juegos olímpicos estamos utilizando un término latino derivado de "iocus" (broma), aunque el latín posee una sola palabra para todo lo relacionado con el juego, "ludus", puesto que para los griegos esas competiciones no eran juegos, porque "la porfía en todas las ocasiones, se convirtió entre los griegos en una función cultural tan intensa, que se consideró como algo corriente y lleno de valor y ya no se sintió como juego". En la vieja India, el sánscrito poseía diferentes palabras para expresar el concepto de juego. Igualmente en China. En los tres casos se diferencia el concepto de competición del de juego. Es ganar, ser superior a otro, obtener prestigio, honor, premios... Al hablar de competencia vemos que las lenguas románicas siguieron el mismo camino que el castellano, el francés "jeu", el italiano "giouco", el portugués "jogo", el rumano "joc". La explicación podría ser semántica.
Para Huizinga los primeros sonidos, las primeras palabras, no son más que un juego. Analizando los vocablos con que se designa al juego en distintas lenguas señala que al hablar de juegos olímpicos estamos utilizando un término latino derivado de "iocus" (broma), aunque el latín posee una sola palabra para todo lo relacionado con el juego, "ludus", puesto que para los griegos esas competiciones no eran juegos, porque "la porfía en todas las ocasiones, se convirtió entre los griegos en una función cultural tan intensa, que se consideró como algo corriente y lleno de valor y ya no se sintió como juego". En la vieja India, el sánscrito poseía diferentes palabras para expresar el concepto de juego. Igualmente en China. En los tres casos se diferencia el concepto de competición del de juego. Es ganar, ser superior a otro, obtener prestigio, honor, premios... Al hablar de competencia vemos que las lenguas románicas siguieron el mismo camino que el castellano, el francés "jeu", el italiano "giouco", el portugués "jogo", el rumano "joc". La explicación podría ser semántica.
Todo lo contrario ocurre con la lengua inglesa, que utiliza la misma palabra, "play", con el significando de jugar, tocar un instrumento musical y realizar una representación teatral, entre otras.
Una forma de juego relacionado con la lengua es la utilización del enigma, que en un principio era un juego sagrado que se hallaba entre el juego y lo serio. La vida cultural con el paso de los años los fue separando. Ya los griegos eran muy aficionados a preguntas del tipo:
¿Quiénes son más, los vivos o los muertos?¿ Qué es mayor, el mar o la tierra?
¿Qué fue antes, el día o la noche?
Y los filósofos daban las explicaciones mediante el juego del diálogo.
La competición enigmática sagrada solía preguntar sobre el origen de las cosas, la vida, la religión. A lo largo de la historia sabemos de reyes que preguntaban a sus sabios, como Federico II de Hohenstaufen que sugirió a su astrólogo Miguel Scoto:
¿Dónde descansa la tierra?¿Cuántos cielos hay?
¿Porqué es salada el agua del mar?
Niega Huizinga que en la poesía solo haya que destacar el elemento estético porque cree que "En las culturas arcaicas la poesía representa una función social y litúrgica...el poeta es vate, un poseso, lleno de Dios... La poesía nace en el juego y como juego". Y recoge el hecho de que en algunas culturas antiguas grupos de chicos y chicas se decían estrofas poéticas con insinuaciones eróticas y burlas, repitiendo palabras e improvisando como un juego.
El juglar ( de joculator) de la Edad Media conserva la historia, la tradición y al mismo tiempo fanfarronea en las fiestas. Entre los géneros de la poesía trovadoresca medieval no podía faltar el "joc partit", juego de preguntas y respuestas en asuntos de amor. Cuando investigamos las primeras muestras literarias de una lengua siempre la poesía precede a la prosa. La poesía es un juego de palabras que adopta distintas formas, épica, lírica y dramática. De todas ellas la más lúdica es la lírica, la más alejada de lo lógico y más cercana a la música y danza. La tragedia y la comedia griegas se presentaban en competiciones, como un juego de donde salía un ganador. El verdadero poeta -dice Platón a Sócrates- tiene que ser a la vez trágico y cómico, como la vida misma.
Elemento muy importante en la poesía primitiva es la personificación, siendo uno de los más utilizados, en palabras de Huizinga, la especulación mítica sobre el origen del mundo y de las cosas:
¿Qué era el principio?¿Qué había antes?
Las respuestas caen en el campo de las leyendas. En muchas el mundo surge de algún cuerpo humano con la intervención de un dios creador. En las religiones más arcaicas encontramos un mundo de dioses y de espíritus en forma de animal. También los hombres, como el hombre-lobo.
Donde mejor se aprecia la relación del juego con la filosofía es en los sofistas griegos, en el "impulso de realizar una exhibición para lucirse y derrotar a su rival en lucha pública, dos móviles del juego social", utilizando el viejo sistema de preguntas y respuestas. Tanto Platón como Aristóteles consideraron un juego digno luchar seriamente contra los sofistas, que además cobraban dinero con eso.
Nuestro autor sobre las artes empieza con la música, "ya sea que la música alegre y divierta a los oyentes, ya sea que exprese una alta belleza, o tenga una sagrada finalidad litúrgica siempre sigue siendo un juego" ( los actuales conciertos con su silencio y la fama de sus directores son de fecha reciente). Lo mismo se puede decir de la danza, considerada su arte gemela. Aunque hay grandes diferencias, desde las danzas sagradas a los bailes de las fiestas populares que van perdiendo el carácter lúdico.
Las artes plásticas (pintura, escultura y arquitectura) son las que menos participan del carácter lúdico, pese a los concursos. Recordemos que Brunnelleschi ganó el concurso para construir la cúpula de la catedral de Florencia frente a 13 rivales.
Si comparamos la cultura griega con la romana, la primera es más lúdica , ya que los latinos dieron muestra de ser más prácticos, más económicos y más jurídicos, aunque al mismo tiempo, menos fantasiosos. Excepto las luchas humanas o con animales que responden al dicho "panem et circenses".
En Bizancio el juego se centró más en las competiciones de carreras en el hipódromo que hacían dividirse a los bizantinos en bandos y colores (4), hasta en partidos políticos.
Otra apreciación de Huizinga, ahora sobre el renacimiento: "Si alguna vez una élite consciente de si misma ha tratado de concebir la vida como un juego de perfección artística ha sido en el Renacimiento", con figuras mitológicas, alegorías, decoración... El Barroco, con su principal característica, la exageración es tan lúdico como el Rococó. Pero el siglo lúdico por antonomasia es el XVIII, con el juego político de intrigas y aventuras, clubes, asociaciones, tertulias literarias, asociaciones secretas, el gusto por los salones, las pelucas, los trajes... El ímpetu del juego hizo a estos hombres y mujeres fecundos para la cultura, pero sin olvidar los ideales sociales y educativos. En el siglo XIX la revolución industrial logró que en casi todas las manifestaciones de la cultura el factor lúdico fuera perdiendo terreno: "Europa se viste de ropa de trabajo".
El desarrollo del deporte desde finales del XIX se practica con unas reglas más rigurosas y la disciplina que se impone hace que se vaya perdiendo algo de su contenido lúdico. Empiezan los jugadores profesionales para los que el deporte ya no es un juego, es demasiado serio.
Política y juego lo explica Huizinga cuando dice que "no es osado afirmar que el elemento lúdico constituye uno de los aspectos fuertes del parlamentarismo que no solo se manifiesta en las discusiones y en las formas tradicionales de las sesiones, sino que van más allá en las costumbres de las elecciones, concretamente en los Estados Unidos de América, que desde 1840 crearon un estilo con más ingenuidad y espontaneidad, por tanto más lúdico".
Quiero terminar con algunos dichos o refranes que hacen relación al juego.
Hacerle a alguien el juego.
Poner en juego.
Estar en juego.
El juego del amor.
Jugar en bolsa.
Dar juego.
Hacer juego sucio.
El juego de las ideas.(Kant).
En el amor y en el juego se conoce al caballero...etc.