lunes, 11 de julio de 2022

 


                                                         12  de julio en  Belfast

                        He recibido un correo de mi amiga Emma recordándome el viaje que hizo a Irlanda con unos familiares en el que coincidió en Belfast con el desfile del 12 de julio, día en el que los protestantes  celebran su victoria sobre los católicos en la batalla de Boyne, capitaneados por Guillermo de Orange, nacido en La Haya (1650) de una familia de aristócratas neerlandesa. Llegó a ser príncipe protestante de Orange y rey de Inglaterra e Irlanda con el nombre de Guillermo III por la línea de su madre, una Estuardo. Durante años se venían creando disturbios, teniendo que cerrar la policía el centro de la ciudad para los desfiles, uno por la mañana y otro más multitudinario por la tarde. Ella con su grupo de compañeros de viaje entró con cierta preocupación. Eran las 3,30 de la tarde y las calles permanecían desiertas. Después de algunas visitas turísticas, especialmente al Museo del Titanic, se dirigieron  a la Royal Avenue donde la gente se amontonaba en las aceras a la espera de la gran parada militar. Perdieron el miedo al ver a las familias con niños y un gran despliegue policial. Me cuenta que todos lucían los colores de la bandera británica, blanco, azul y rojo en vestidos, calcetines, sombreros, gorras...y que por la aceras pasaban pandillas de chicos y chicas con bolsas que contenían comida y bebidas como para hacer un botellón. Tuvieron que esperar un tiempo hasta que hicieron su presencia banderas, tambores y estandartes  portados por caballeros de la Orden de Orange, venidos de todo el Reino Unido, vestidos de negro, con sus bandas naranjas (oranges) llenas de medallas y una flor naranja en el bombín. Pasaban no a cientos, a miles, algunos en coches cubiertos (se suponía que para personas mayores). De entre los muchísimos estandartes a Emma le llamó la atención  el de la oración en el huerto, idéntico al que se puede ver en "El paño de las rosas" del Paso Blanco en las procesiones de Lorca. Yo por mi parte he investigado hasta encontrar al pintor Heinrich Hofmann (1824-1911) que pintó el cuadro de "Jesús en el jardín de Gethsemaní" adquirido por John  D. Rockefeller  y actualmente en la iglesia de Riverside en Nueva York.  Quizás por eso la orla de rosas del estandarte lorquino. Y la relación con los orangistas pudo llegarle porque pasó un tiempo en los Países Bajos.                                         Muy llamativos le parecían los Boys de Glasgow con sus pantalones de cuadros escoceses. También pudo admirar a un grupo de guardias del Palacio de Buckingham con sus altos gorros negros de piel de oso. Aunque los más originales fueron los que desfilaban con una pata del pantalón arremangada (¿harían referencia a los cojos?) Aparecía repetida en varias ocasiones  la imagen de  Guillermo de Orange a caballo, con su uniforme del siglo XVII. En otros estandartes se veían imágenes de políticos ya desaparecidos, además de Isabel II y hasta el Titanic. Todo ello entre música, canciones y gritos de los espectadores jaleándolos, que le recordaba el Viernes Santo de Lorca. Pero no solo desfilaban hombres, también mujeres, algunas de ellas viejas orangistas, con sus sombreros y adornos en color naranja, otras más jóvenes y divertidas. Incluso desfilaban niños haciendo juegos malabares con una vara corta que elevaban hacia el cielo y luego la recogían antes de llegar al suelo.                                                                                                                 La cerveza y el whisky corrían a raudales. Pero viendo que el desfile iba para largo, y algo cansada se retiró con su familia al hotel. Más tarde pudieron ver en la televisión que cuando el desfile penetraba por los barrios católicos se incendiaron contenedores de basura y neumáticos mientras los antidisturbios  actuaban con contundencia. Me sigue relatando que a la mañana siguiente tenían programada una visita panorámica de la ciudad en autobús, no pudiendo entrar a los barrios católicos, cerrados por la policía tras los disturbios del día anterior. Eran barrios obreros  cerrados por muros con cámaras de televisión . Había poco turismo por la situación político--religiosa, incluso después del Tratado de Viernes Santo de 1998 . Al parecer se había reconstruido el IRA con algunos grupos católicos descontentos.