miércoles, 27 de marzo de 2024

        Siempre he sentido curiosidad por el conocimiento de las cosas, y a estas alturas de mi vida me interesa lo que nunca estudié, por ejemplo la astronomía. Hace unos días pude ver en televisión un documental sobre las galaxias y empecé a investigar  

                              EL UNIVERSO            (El Big Freeze)

       Si el Big Bang fue el principio del universo, el Big Crunch sería el gran colapso, si el universo fuese finito, pero si es infinito hablaríamos del Big Freeze o gran congelación.  Los miles de millones de galaxias se irán alejando a una velocidad cada vez más grande hasta perderlas literalmente de vista. Las galaxias que hoy somos capaces de ver con nuestros potentes telescopios, dejaremos de verlas. Recordemos que cuando un objeto se aleja de nosotros, la longitud de onda de la luz que emite se hará más alargada, así la luz visible efectuará un corrimiento al rojo, que es el color que tiene mayor longitud de onda. La intensidad de la luz visible disminuirá, y si la longitud de onda se hace más grande ya no formará parte de la luz visible y, por tanto, no la veremos, aunque sí podríamos detectarla, si es que nos llega y estamos aquí para comprobarlo, pero todo parece indicar que no será así. A pesar de ello, los cálculos muestran que nuestra galaxia, la Vía Láctea, continuará ligada al grupo local, el reducido grupo de unas pocas decenas de galaxias unidas por su atracción gravitatoria. Y lo mismo pasará con otros cúmulos de galaxias. Así pues, si alguien lograra sobrevivir al tiempo en que se supone que sucederá esto, pensará que el universo se compone tan solo de unas pocas galaxias, las de su cúmulo, dentro de un espacio vacío. Para ellos no existirá la radiación de fondo ni la expansión del universo, pues no serán capaces de comprobarlo por mucha precisión que tengan sus instrumentos. Y si todo lo que hemos aprendido hasta ahora se hubiera perdido, no tendrían ni idea de lo que habría pasado.

     Después de esto, todavía habrá estrellas que estarán luciendo, pero poco a poco irán gastando su combustible nuclear hasta apagarse. Al  final, dentro de aproximadamente  un billón de años ya no habrá combustible para formar ninguna estrella en ningún lugar del universo. El sol se habrá apagado mucho antes. Se estima que en unos 5000 millones de años comenzará una fase de expansión convirtiéndose en una estrella gigante roja. Aunque no llegase a tragarse nuestro planeta, despediría tanto calor que acabaría con todo lo que haya, si es que para entonces hay algo. Al cabo de varios millones de años e convertirá en una estrella negra, apagada y fría. Los planetas que giren a su alrededor se enfriarán y serán oscuros y helados. Curiosamente, una estrella con masa mucho mayor que la del sol, consumirá su combustible más rápidamente, y estrellas con menos masa durarán más. Las enanas rojas son las más numerosas, un 75%. Pero al final llegará un día  en que  sólo habrá enanas blancas, enanas marrones, estrellas de neutrones, y agujeros negros…y en 100 billones de años el universo se habrá apagado. Los planetas estarán congelados y serán inhabitables. Será el BIG Freeze, la gran congelación. Pero el universo acaba de nacer, pues sólo tiene apenas un 0,01 del tiempo que suponemos que vivirá. Y después, si es que hay algún después, quizás haya otro Big Bang.                                                        

                                     Las  Estrellas

           Hubo una primera estrella en el universo, de color azul.13, 000  millones de años desde el BIGBANG. Luego fueron apareciendo de otros colores hasta hoy. Contienen hidrógeno y helio. Son nuestros ancestros estelares. Somos hijos de las estrellas y vivimos en la era de las estrellas, una era de luz. La luz del sol tarda ocho minutos en llegar a la tierra. La fotosíntesis es un uso directo de la energía solar y nosotros nos alimentamos de energía solar. Luego el sol es un creador. La vida no se puede dar en planetas muy alejados del sol, ni en los muy próximos, sólo en el término medio, en la Tierra. Pero las estrellas no son eternas. Se irán apagando. Las últimas serán las enanas rojas, las más longevas, más que el sol, aunque brillen menos. 

      El científico Harlow Shaplei ya dijo en el primer cuarto del siglo XX que “los seres humanos  estamos hechos de la misma materia que las estrellas”. Se componen de carbono, oxígeno, nitrógeno, azufre, fósforo e hidrógeno, elementos que constituyen  el 97 por ciento del cuerpo humano. Años después  el astrofísico Carl Sagan utilizó la frase poética y científica “somos polvo de estrellas”.

   He recogido algunos datos interesantes que tenía olvidados, como que cada estrella tiene más de un planeta, luego hay más planetas que estrellas. También, que la luz es una herramienta muy poderosa  para conocer el universo (tarda 300,000 km. por segundo en llegar a la Tierra). Pero recientemente los científicos han avanzado mucho en el conocimiento del cosmos a través de los telescopios espaciales como el Hubble americano para ver más lejos y poder investigar más atrás en el tiempo. Ha tomado fabulosas imágenes del universo. La galaxia más próxima a la nuestra es Andrómeda. Gracias a este telescopio sabemos que el universo se expande cada vez más deprisa. En 2008 el telescopio espacial europeo Plack se lanzó para captar la luz del Bigbang. Recordemos que antes de ese estallido no había materia, sólo un océano de energía  con fluctuaciones, el origen de todo, y que esa energía se empezó a expandir como una bola de fuego, transformándose la energía en materia, dando lugar a las primeras estrellas y galaxias, hace 9,000 millones de años. Así se ha podido conocer el principio del universo. Una de las teorías más recientes es la expuesta por un profesor de física de la Universidad de Ottawa (CANADÁ) que afirma que los cálculos sobre el origen del universo son erróneos, que se remontan a 27,000 millones de años, no a 13,800 como se viene creyendo. Al mismo tiempo niega la existencia de materia oscura. Y añade que la expansión se debe al debilitamiento de las fuerzas de la naturaleza y no a la energía oscura.                                                                          

            Me ha llamado la atención la nomenclatura de los astros. Compruebo con satisfacción la abundancia de nombres griegos, aunque en los planetas de nuestro sistema solar los nombres de los dioses griegos aparecen en versión latina. En esa misma lengua están muchos nombres nuevos. También los hay de origen árabe y de alguna otra lengua. De las 88 constelaciones yo destacaría los nombres de Andrómeda, Águila, Cassiopea, Leo, Libra, Serpens, Taurus, Virgo. En 2006 la UAI (Unión Astronómica Internacional) creó el grupo de trabajo para los nombres de las estrellas. Recientemente se han incorporado nombres de animales, deportistas, músicos, cantantes, escritores, ciudades, objetos y hasta personajes de ficción. Para mí los más queridos son Cervantes, D. Quijote y Dulcinea.