Leyendo "Una columna de fuego" de Ken Follet me he encontrado con el personaje del duque Francisco el Acuchillado, así llamado por haber recibido en la cara una herida combatiendo contra un cuerpo de alemanes aliados con los hugonotes (nombre que recibieron los protestantes franceses). Entonces recordé la importancia del epíteto épico, apelativo que alterna con el nombre del personaje o lo acompaña. Es un sintagma que suele ir detrás, y que se puede referir a personas, divinidades, personajes históricos, reyes, santos, guerreros o héroes. Como adjetivo o participio su finalidad no es especificar sino caracterizar al nombre. El epíteto épico empezó siendo una fórmula propia de la literatura griega épica a través de la cual se iba recordando al lector de forma reiterada cualidades definitorias de personajes, e incluso de ciudades. Los abundantes epítetos de la Ilíada y la Odisea demuestran el influjo de la tradición oral, que utilizaba la repetición continua de muchos segmentos como un recurso nemotécnico. En general el epíteto épico se emplea también para producir un efecto estético convirtiéndose en una figura retórica. Frecuentemente en la poesía arcaica griega se empleaban más para los hombres en la épica y para la mujeres en la lírica.
Ejemplos:Ulises, el ingenioso, el fecundo en ardides.
Afrodita, amante de la risa.
Agamenón, el que tiene ojos de perro y corazón de ciervo, domador de caballos.
Andrómaca, la de níveos brazos.
Apolo, el que hiere de lejos, el más fuerte de todos los dioses, el del argénteo arco.
Los aqueos, de hermosas grebas.
Aquiles, el de los pies ligeros,
Atenea, protectora de la ciudad,
Aurora, la de rosados dedos.
Briseida, la de hermosas mejillas.
Héctor, el de tremolante casco.
Patroclo, de corazón valiente.
Poseidón, que ciñe y bate la tierra.
Tetis, la de argénteos pies, la de largo peplo.
Zeus, el de las sombrías nubes.
Las troyanas, de profundo seno.
Hera, de ojos de novilla, de grandes ojos.
El epíteto "de largas alas" es uno de los más empleados, llegando a ser imitado de la épica por los líricos. Ejemplo: Hermes, el de las sandalias aladas. Pero el que se repite con más frecuencia es el relacionado con el cabello en especial el rubio.
,Ejemplos:Los aqueos, de larga cabellera.
Atenea, de hermosa cabellera.
Elena, de largo pelo.
Tetis, de hermosas trenzas.
Hesíodo en su "Teogonía" llama a Dionisio, el de aurea cabellera. Aunque el epíteto épico de los cabellos dorados es mayoritariamente aplicado a las mujeres como a Elena, cuyos cabellos rubios eran llamativos dentro de la cultura mediterránea, para Homero son rubios todos los aqueos. También en la lírica arcaica es uno de los atributos más señalados. Rubios eran Atenea, Eros, Apolo, Artemisa, Afrodita, Casandra, Patroclo, Aquiles, Áyax, Penélope, Telémaco, la esclava Briseida, todos los argonautas...etc. El simbolismo del color rubio es debido a que era propio de dioses y héroes, privilegio que venía del color solar y del trigo. Pero no todos los protagonistas eran rubios. Héctor es moreno. Y no solo el color del cabello eran prueba de ascendencia divina, sino también la piel blanca y los ojos claros. La palabra "iris" referida a la parte de color del ojo es griega y hace pensar en ojos azules, verdes y grises. Los primitivos invasores que llegaron a Grecia eran del norte y de Centroeuropa y se convirtieron en la clase dominante.
El epíteto épico continuó en los Cantares de Gesta medievales, extensa literatura que narra las hazañas de un héroe que representa las virtudes de un pueblo y que los juglares recitaban de memoria.
Ejemplos:El Cid, el de la larga barba, el que en buena hora nació, el que en buena hora ciñó espada.
Doña Jimena, la mujer honrada.
Martín Antolínez, el burgalés de pro.
Alvar Fáñez, el del diestro brazo.
Y llega al renacimiento con D. Quijote, el ingenioso hidalgo, el caballero de la triste figura.
Interesante y bonito comentario. Ya casi me había olvidado de este tema. Ahora tendré que ver si se sigue utilizando en la literatura actual.Me has dado pie para trabajar una temporada. pero puedes adelantarte.
ResponderEliminarYa sabes que es relativamente frecuente en la literatura española que un escritor empiece una obra y otro la continúe. Yo me he quedado en el renacimiento, ahora te toca a ti investigar si el epíteto épico continúa. Una pista, en los reyes (Fernando VII, el deseado) o gobernantes ( Simón Bolívar, el liberador).
ResponderEliminarMuy interesante este comentario del epíteto épico."En literatura, todos los caminos llevan al divino Homero".
ResponderEliminarChani, es un placer la lectura de tus bloggs. Son amenos e interesantes, muy interesantes. A partir de ahora seré una fiel
ResponderEliminarseguidora tuya.