P a r a í s o de Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel 2021
Para mi hijo Pepe
Se ha denominado con la palabra BILDUNGSROMAN o narración épica, en la que estallan conflictos entre musulmanes, indios y europeos en el África profunda. El niño protagonista´, Yusuf, es enviado por su padre a casa de su tío para que aprenda y trabaje en su tienda y en su jardín, cuando la realidad es que ni es su tío y además él es el pago de una deuda paterna. El comerciante empieza a llamarlo "kifa unongo", muerto viviente. Con ingenua mirada de niño de 12 años va descubriendo un mundo nuevo. Por primera vez contempla el MAR, se sube a un TREN, y descubre la maldad de los hombres. De los europeos se dice en la novela que "como si de una plaga de langosta se tratase, su voracidad no tenía límites ni decencia ". Los nativos más ignorantes comentaban de uno de ellos: "Vi salir humo de su boca. Es probable que se tratara de genios, pues dios los hizo a partir del fuego". Los musulmanes los califican de "perros" con toda la carga peyorativa que estos animales tienen para el ISLAM. Otro personaje es Khalid que continuamente le instruye y aconseja a Yusuf porque él llegó antes a engrosar el número de trabajadores del amo. Yusuf es suajili y abundan en la novela las palabras en esa lengua: los "buibui" negros en que se envuelven las mujeres, el "magendo" (contrabando), la "kisirani" (mala suerte), la "rikwana" (carretilla), kijana mzuri" (muchacho hermoso)...etc. Lo cual no quita para que esté muy presente la religión musulmana y alguna palabra árabe como "Alhamdulillab" , gracia a Alá. Después de un viaje por la zona de los lagos y más allá enfrentándose con toda clase de peligros regresan a la casa del comerciante. Un viaje por la jungla constituía una auténtica pesadilla. Se trataba de un comercio de trueque en el que ellos cambiaban telas y armas por oro, marfil, pieles, resinas y cuernos de rinoceronte. Los viajeros se enfrentaban con las creencias en la magia y las supersticiones. Son importantes las historias que se cuentan después del viaje. Tanto el viaje como el modo de transporte, en especial el tren, son fuentes temáticas para el escritor. Es la exploración del centro de África, explorada por los propios africanos. Pero al principio el niño tiene la sensación de encontrarse en el paraíso (que da nombre a la novela) por la belleza de una naturaleza salvaje, al mismo tiempo que siente un amor especial por los jardines. Preguntado Yusuf por ese paraíso de los lugares visitados, contesta que allí viven "salvajes y ladrones que roban a los mercaderes inocentes y venden a sus propios hermanos (en relación con la venta de esclavos) por una chucherías. No tienen ni dios ni religión, ni siquiera un poco de misericordia corriente y moliente. Exactamente como las bestias salvajes que viven allí con ellos". Tal es su experiencia. Es Yusuf profundamente sensible a los olores. Para él el mar olía a "excrementos, tabaco y madera verde". Un nativo olía a "carne podrida". Hasta el tren olía a " fuego y carne chamuscada". Sin embargo el extranjero va siempre perfumado. La contraposición entre las costumbres africanas y las del extranjero se perciben hasta en la cocina. Me han llamado la atención las palabras de un esclavo que se niega a aceptar la liberación y que me recuerdan las que le dirige don Quijote a Sancho a propósito de la libertad. Así se expresaba el anciano esclavo africano que se negaba a aceptar la libertad: "Me ofrecieron la libertad como un regalo. Ella .¿Quién le dijo que era su dueña para dármela? Sé de qué libertad está hablando. Yo tuve esa libertad en el momento de nacer. Cuando esa gente dice me perteneces, yo soy tu dueño, es como el paso de la lluvia o la puesta del sol. Al día siguiente, el sol saldrá de nuevo les guste o no. Lo mismo pasa con la libertad. Pueden encerrarte, ponerte cadenas, denigrar todos tus pequeños anhelos, pero la libertad no es algo que puedan arrebatarte. Cuando han terminado contigo todavía están tan lejos de poseerte como lo estaban el día que naciste". Coincido con la opinión de algún crítico que confiesa que cuando lees una obra por la que su autor ha recibido el Premio Nobel, esperas tanto que su lectura suele defraudarte. Eso ocurre con "Paraíso", de la que esperaba más. Abdulrazak Gurnah nació hacia la mitad del siglo XX en Zanzíbar pero se afincó en Reino Unido huyendo de la persecución de musulmanes a cuya religión pertenecía su familia y llegando a realizar estudios universitarios que le permitieron ser profesor de Literatura en Nigeria y en Kent. Actualmente está jubilado. Se le considera uno de los mejores autores africanos precoloniales.