Se equivocó la Parca
Tengo muchas y muy buenas amigas, de entre las cuales destacaría a la holandesa Enma y a la griega Pentasilea porque son las que mejor me conocen. A Enma le gusta comentarme cosas que le han pasado en sus viajes, en su profesión de enseñante o con su familia. Hoy me ha mandado un relato diferente, quizá sabe que me voy haciendo mayor, sobre las Parcas. Estas diosas tenían el destino de los hombres en sus manos, mejor dicho, en sus hilos. Nona, Décima y Morta, que así se llamaban en la mitología romana, eran de oficio hilanderas y cuando cortaban un hilo, todo había terminado para alguna persona. Hace unos años Morta se dedicó a sobrevolar la Región de Murcia, como los ángeles de "El cielo sobre Berlín" o "El diablo cojuelo" y se detuvo en la capital, pero se equivocaba. El hilo que iba a cortar era el de una profesora de instituto, pero no era razonable porque era la menor de tres hermanas, la mejor, la más cariñosa y la más guapa. ¿Será verdad que los dioses se llevan a los jóvenes, a los héroes, para que no envejezcan? Se equivocó la Parca. La vida merece ser vivida al máximo pues mientras la mente conserve la "juventud" de la curiosidad, el "ansia" del conocimiento, y la "fortuna" de los afectos, tendremos una vida plena...
Me vienen del baúl de los recuerdos las palabras de Aquiles cuando el protagonista de La Odisea lo encuentra en el Hades: " No pretendas, Ulises preclaro, buscarme consuelo de la muerte, que yo más querría ser siervo en el campo de cualquier labrador sin caudal y de corta despensa, que reinar sobre todos los muertos que allí fenecieron". Qué diferentes sus palabras del canto XXII de La Ilíada: "Mi Parca (la muerte) yo la cogeré con gusto, cuando Zeus quiera traérmela".
Cuando la profesora presintió la llegada de la tercera Parca sobrevolando su casa, confesaba que lo que más la entristecía era pensar que no vería crecer a sus nietos. Y no se equivocaba. Yo, que he visto crecer a los míos la comprendo. Dice Jacques Leclercq que las abuelas en el mundo animal no existen, para añadir "¿Hay algo más humano que una abuelita?". En muchas familias desempeñan un papel importante, puesto que hay que tener en cuenta que la mujer vive más años que el hombre y se casa más joven.
Se equivocó la Parca...
Muy emotivo para recordar a tu hermana Pili.....😘😘😘😘
ResponderEliminarCHANI,un relato muy bonito, un poco triste y emotivo a la vez. Para mí la PARCA llegó un poco pronto a la vida de ENMA. Me habría encantado que ella hubiera visto crecer a sus nietos y disfrutar de la vida junto a sus hijos. También me habría gustado muchísimo que hubiera seguido teniendo junto a su hermana tantas vivencias y viajes que aún les quedaba por hacer.
ResponderEliminarLa vida algunas veces es muy injusta, pero seguro que donde está ENMA EGUIRÁ CUIDANDO DE SU FAMILIA Y SIEMPRE LA LLEVAREMOS EN NUESTROS CORAZONES.
Bernarda
Lo que no podrá llevarse nunca la Parca (de mierda) es nuestra memoria y nuestro cariño. Por eso no podrá pasar nunca de diosa menor. Nunca vencerá.
ResponderEliminarCrmen
Título que remite a Alberti¡Buena idea! Veo que tiendes a introducir siempre el mundo clásico, como aquí el de las Parcas. Con una somera explicación sobre ellas y una referencia a la Ilíada. Luego recurres a algunos tópicos como ese panegírico que siempre se hace de los que se van, o sea mueren, aunque en este caso muy merecido. O el asunto de las abuelas. El señor que dice que en el mundo animal no hay abuelas, será un sabio pero no debe haber visto los documentales de la 2 sobre el mundo animal. Personalmente me resultó emotivo, pues conocí a la persona en cuestión.
ResponderEliminarMari Toñi Montalbán